domingo, 17 de octubre de 2010

κυνισμός

Con un libro en las manos me siento a esperar cual será el porvenir
me encuentro sentado a la izquierda del ser, inmolando mis sueños de niño inmoral
el hombre platónico es un gallo enfermo aferrado al plumaje en su propio existir
la vida es esta histeria teatral sin ensayo, sin brújula, sin corazón y sin voz
nadie puede correr, sin embargo me inculpo de esta soledad
me sangran los pasos, descalzo me empeño en hallar el jardín
no es cierto que estoy en mis huesos desierto desde el sacrificio hasta el barro inmortal
si lo único cierto es que todo lo invento, presiento que no soy yo mismo más que en estos versos
resiento del mundo y su poco fecundo artilugio de estar y no ser
nadie puede correr, sin embargo hay un brujo implorando el azar
se me agota el pincel, necesito un refugio detrás del cristal
la cabeza en los pies, cada cual a su noche sin mirar atrás
la nostalgia al revés, la cadena que encierra principio y final.